El Rallye Todo terreno Comarca del Jiloca ya es historia. Si bien sobre el papel las previsiones eran las de obtener un resultado notable en esta segunda cita del campeonato, la realidad fue bien distinta. Problemas varios hicieron a los componentes de la Polaris Racing Challenge sufrir en demasía hasta consumar el abandono de ambas unidades.
La extraordinaria dureza del trazado quedó de manifiesto con una abultadísima nómina de abandonos. Sin que ello suponga un consuelo, sí que al menos esta circunstancia supuso el medir por igual a todos los participantes de la clase de buggies ligeros, al no lograr arribar a meta ninguno de los participantes de esta concurrida categoría.
A la propia dificultad de un recorrido diseñado expresamente para poner en los mayores aprietos posibles a los participantes, se unían las dificultades propiciadas por la adversa climatología sufrida en la zona en las jornadas previas. No es que de la provincia de Teruel, y más concretamente de la Comarca del Jiloca, se espere algo que no le corresponda, pues no en vano se trata una de las zonas con la climatología más adversa de la península. Pero tal vez el ver acumular treinta centímetros de nieve cuando el calendario ya ha visto arrancar la hoja de Abril, pueda parecer tal vez una circunstancia cuando menos extraña. Y según los comentarios del propio equipo organizador, ese era el panorama que ofrecía el itinerario apenas 4 días antes de la disputa de la prueba. Como consecuencia de ello, los numerosos franqueos de ríos a que obligaba el recorrido, pasaban a representar un problema. Problema aún más acentuado en el caso de los buggies TT Ligeros, puesto que se trata de vehículos que circulan con sus órganos mecánicos vitales mucho más expuestos y notablemente más cerca del suelo que en el resto de vehículos TT.
El piloto catalán Marc Blázquez, acompañado a su derecha por Nacho Santamaría, situaba su Polaris RZR tras la superespecial del viernes en una reseñable octava plaza, curiosamente la misma que obtuviera en la prólogo de la primera cita del campeonato en Almería. Ello animaba a los de ARC Racing a afrontar con optimismo las duras etapas del sábado. Se había trabajado duro en esta unidad laboratorio, y una de las modificaciones fundamentales que sería objeto de test durante esta prueba era la incorporación a esta unidad de unos neumáticos de diferente factura, equipando en esta ocasión unos Michelin con carcasa tipo rallye que sin duda minimizarían el riesgo de pinchazo, el verdadero talón de Aquiles de Marc en la primera cita.
La mañana del sábado amanecía fría y húmeda. Y ello suponía el caldo de cultivo idóneo para que apareciera la tan característica bruma matinal con denominación de origen de la Comarca del Jiloca. Si el trazado se preveía ya de por sí largo y duro, si era previsible que el piso saturado por el agua provocara las inevitables roderas que dificultan sobremanera el pilotaje, si el carácter non stop de la prueba penalizaba cualquier intervención mecánica por parte de los equipos técnicos, si el nivel de las aguas de los ríos a franquear preocupaban a los participantes, ahora la niebla también se apuntaba a una cita que prometía ser una auténtica prueba de fuego para los pilotos.
Marc Blázquez y Nacho Santamaría aguantaban el tipo más que dignamente a lo largo del primer sector selectivo del sábado, hasta que un problema eléctrico hacía que el Polaris RZR mostrara fallos intermitentes de funcionamiento del motor. Un fallo que terminó por derivar en una recalcitrante pérdida de potencia que finalmente provocaría su abandono mediada la primera especial. Algo, al parecer, más que previsiblemente provocado por una serie de continuados vadeos con un nivel de agua tal vez excesivo para este tipo de vehículo.
Por su parte, Albert Roquet y Montse Contijoch no correrían mejor suerte a lo largo del trazado de este primer tramo. Los líderes de la clasificación en el apartado de buggies ligeros, partían en esta prueba con la firme intención de confirmar su extraordinaria prestación obtenida con motivo de la primera cita en la Baja Almanzora. Las primeras referencias intermedias confirmaban a Albert Roquet en dura pugna por la cabeza de una categoría muy competida, rodando segundo a un puñado de segundos del líder. Pero el excesivo castigo del trazado terminaba por provocar en su Polaris RZR 4 900 una doble rotura en sus transmisiones traseras que terminarían abocándole a un obligado abandono. Por sacar algo positivo de esta generalizada debacle que llevaría a retirarse de la prueba a 18 de los 30 participantes, el que abandonaran la totalidad de los buggies ligeros actuó como una neutralización de este segundo round, dejando tal y como estaba la clasificación general tras la primera cita, es decir, con el catalán Albert Roquet y su Polaris al frente de la tabla de este apartado.
La tercera cita del Campeonato de España de rallyes Todo Terreno nos encamina nuevamente a tierras del sur, teniendo en esta ocasión como escenario el Rallye Todo Terreno Tierras Altas de Lorca, en Murcia. Será durante los próximos días 8 y 9 de junio. Allí, los buggies de la Polaris Racing Challenge tratarán de resarcirse del mal resultado obtenido en Teruel.