Mejor no le podría estar yendo el Dakar 2013 a Laia Sanz. La piloto de KH-7 está manteniendo una progresión continuada y hoy ha vuelto a subir puestos en la clasificación general de la categoría de motos, donde ocupa ya la 33ª posición. En la sexta etapa, entre Arica y Calama, con una especial de 331 kilómetros dividida en dos secciones, Laia ha sido 32ª, con un tiempo de 4h 06’58”, a media hora del primero.
A pesar de las buenas sensaciones que está transmitiendo la pluricampeona española, su trayectoria en esta durísima prueba no está exenta de momentos peliagudos, que hasta ahora ha salvado de forma sobresaliente. Hoy, sin embargo, en el primer tramo de enlace ha sufrido una caída que la ha dejado magullada para toda la etapa. “Aún no entiendo cómo he podido caerme. Estaba arrancando después de una parada que habíamos hecho en el camino y debo haber tropezado con una piedra… El caso es que me he ido por los suelos. Me he golpeado la mano y el codo del brazo derecho. Lo tenía un poco hinchado, pero he podido hacer la especial sin demasiados problemas”.
No ha sido el único susto de la piloto de Corbera de Llobregat, que al comienzo del primer sector cronometrado, en una zona de arena, ha vuelto a caer de la moto: “Estaba yendo muy bien en la primera parte, pero luego me he enganchado en una duna. He quedado totalmente enterrada y tengo que agradecer a Joan Barreda que haya parado a ayudarme. Habré perdido unos 3 o 4 minutos en esa acción”.
El resto de la etapa, Laia ha rodado con una gran constancia, siempre entre los 40 primeros, incluso ha llegado ha ir en una excelente 27ª posición. “Hoy era una etapa dura y bastante incómoda, con mucho polvo, zonas de fesh-fesh complicadas, pero nuevamente puedo estar muy contenta porque sigo muy bien clasificada y, sinceramente, no esperaba estar tan adelante. Eso es importante para no salir atrás y tragar polvo. Si sigo así, al final acabaré bastante bien, creo”.
Mañana, los pilotos llegarán a la etapa maratón que divide la séptima y la octava jornada del rally. “Serán dos días complicados porque no tendremos asistencia y llegaremos a casi 5.000 metros, lo que afectará a los motores. Además, ahora ya sí que empiezo a notar el cansancio. Hoy sólo había dormido 4 horas y ha sido una jornada muy dura. De hecho, es el día que he acabado más cansada”, comenta.
