Jordi Juvanteny (Sant Feliu de Llobregat, 6/4/1960) es un tipo de mirada serena y expresión concentrada. Amigo de la discreción, rehúye ser el centro de atención y no es proclive a los aspavientos exagerados. Él hace su trabajo al volante del Man 6×6 con dorsal 514 sin buscar el protagonismo. La satisfacción es algo personal; la gana o la pierde uno mismo; los demás no intervienen. La frase no es suya pero podría serlo, porque para este aparejador de profesión, exigente a la par que crítico con todo lo que hace, “no puede haber reconocimiento sin que uno esté satisfecho, pero uno puede estar satisfecho y no ser reconocido”.
En la jornada de ayer, Juvanteny consiguió aunar los dos conceptos tras completar una de sus mejores actuaciones en el Rally Dakar. El piloto barcelonés se ganó el apodo de “el rey de la arena”. Se lo pusieron sus compañeros de aventuras José Luis Criado y Fina Roman, pero lo habrían certificado los cientos de espectadores que se acercaron hasta las inmensas dunas del árido desierto de Atacama para ver como los gigantes del Dakar se enfrentaban a ellas. Cuando llegaron al erg, ya había algunos camiones enganchados y los aficionados jaleaban a cuantos se encaramaban intentando coronarlas. “Las paredes de arena eran altísimas y pensaba que no podríamos con ellas. Quién puede imaginar lo contrario cuando estás montada en un monstruo de 11.200 kg. Sabes que tu camión es más pesado y la mitad de potente que algunos de los que no han podido, así que por un instante te sientes abrumada. Entonces miras a tu izquierda y le ves a él con cara de decisión. Pisa el acelerador, negocia una duna, otra, supera la cresa y doma la mole en la impresionante bajada. Así de sencillo”, lo describe Fina.
En opinión de Criado, “si una cosa caracteriza a Jordi es que siempre ve lo positivo y lo negativo. Fina y yo lo criticamos cariñosamente porque algunas veces casi parece pesimista… pero no se trata de eso. Él es realista, sabe donde puede ir bien y donde no, aunque a decir verdad no sé cómo lo hace pero sale airoso de todo. Tiene unas manos al volante increíbles y en las zonas de arena demuestra un temple y una pericia que muchos quisieran para sí”.
En la etapa de ayer, la 10ª, Juvanteny superó con nota las trampas de arena y acabó en una extraordinaria 11ª posición. “No puedo estar más contento porque estamos en un sitio que no nos corresponde, teniendo en cuenta que nuestro camión es casi de serie. Estamos en liza con los potentes 4×4 y lideramos la clasificación de la categoría 6×6 con mucha ventaja. No podrían ir mejor las cosas”, reconoce el piloto.
En la general, el equipo KH7-Repsol-Epsilon ha ganado tres posiciones y ya está en el top 10.