La normalidad ha regresado al Dakar, tras la caótica quinta etapa, que ha provocado una importante criba y desgaste entre los participantes. La jornada de de este jueves ha tenido muchas novedades y ha sido mucho más tranquila que la anterior, a pesar de que los pilotos han entrado en la parte más complicada, donde las dunas se convierten en enemigos de vértigo y la navegación es el único aliado de los competidores.
El equipo ‘Ciuda de Melilla’, acostumbrados a las dunas y a navegar en arena, ha tenido un destacado papel, alcanzando una de las primeras cincuenta posiciones de la etapa. A falta de la validación oficial de los tiempos, Juanmi Fidel y Javier Ventaja marcaban la posición 48, después de haber invertido 4h49’36” en cubrir los 178 kilómetros cronometrados de la etapa.
Esta sexta etapa, entre las localidades argentinas de San Rafael y Mendoza, ha transcurrido paralela a la cordillera de Los Andes y con las dunas como protagonistas. Los 395 kilómetros cronometrados previstos se han visto reducidos a tan solo 178, después de que la organización optase por eludir el paso por el río Diamante, que tras las últimas lluvias había quedado infranqueable.
Pasadas las cuatro de la tarde (hora española) Fidel y Ventaja tomaban la salida en la especial en el pueblo de La Junta. Por delante, apenas doscientos kilómetros de dunas, en las que los melillenses fueron mejorando posiciones desde el principio. Salían en la posición 66 y en el primer punto de control, a los 38 kilómetros ya habían mejorado diez posiciones. Durante el resto de kilómetros esta ha sido la tónica, hasta cuando en la línea de meta firmaban la posición 48, de entre los 141 coches que tomaban la salida.
Atrás quedaban los malos momentos vividos durante la quinta etapa, en las que los melillenses invertían más de catorce horas en cubrir los 506 kilómetros de especial, que se atragantaron a buena parte de los participantes y condicionando la marcha de los grandes favoritos.
El equipo ‘Ciudad de Melilla’ rompía en esta etapa uno de los tirantes traseros y estuvieron durante tres horas esperando a las asistencias para poder seguir. La rotura de esta pieza, que sujeta el chasis con el diferencial trasero, dejó parados a los melillenses, que pasaron momentos de vedaderos agobios, ya que se veían fuera del Dakar 2009. Por suerte, la prudencia de los pilotos melillenses y su saber estar sobre las dunas, les guió diez horas después hasta la meta. Cabe destacar, que esta etapa finalmente ha sido neutralizada por la organización, dados los estragos que provocó entre los participantes.
“Tuvimos mucha fortuna, ya que era un momento muy complicado. Se trataba de una avería que no era muy compleja, pero sin la ayuda de las asistencias no la podríamos haber solventado para seguir en la carrera”, comentaba Juanmi Fidel, quien aseguraba que “la competición está siendo muy dura. Llevamos tres días en los que apenas hemos dormido, pero sabíamos que veníamos al rally más duro del mundo y saber que en Melilla hay mucha gente que nos sigue y nos apoya, es el estímulo que nos ayuda a seguir”.
Con respecto a la etapa de hoy, Fidel comentaba que “las dunas son muy distintas a las que estamos acostumbrados, pero las hemos negociado bien, a pesar de su altura. Hoy el coche y nosotros hemos respondido a las expectativas. Estamos muy contentos”. “Ahora en lo único que pensamos es en llegar a Valparaiso, para así poder recuperar fuerzas en la jornada de descanso”, sentenciaba el piloto melillense.
El Dakar entrará mañana en Chile, con la séptima etapa que transitará entre Mendoza y Valparaiso. Los pilotos, entre ellos los melillenses, estarán sometidos a un terreno, con una altitud de hasta tres mil metros, y que se adentrará en los Andes. En total la etapa tiene un recorrido de 816 kilómetros, de los cuales 419 serán cronometrados.