Tras una larga y mojada noche en la que no ha parado de llover, y el campamento parecía una piscina, ha amanecido a medio clarear en el valle.
Preparados los enseres, saco de dormir, tienda, colchoneta, y una muda de recambio, nos dan la salida de la cuarta etapa, etapa marathon, sin asistencia en el campamento y con la obligatoriedad de dejar el camión en parque cerrado sin posibilidad de trabajar en él
La etapa, de 418km, se desarrolla en forma de bucle a una altura en el altiplano andino , frontera entre la Argentina, Xile y la república bolivariana de Bolivia a una altitud media de 3500mts sobre el océano,
Después de una enlace de 100km en el que subimos por una sinuosa carretera, la ruta 52 en dirección al paso de Jama, circulamos por un paisaje precioso, salpicado de cardones, los cactus del corre caminos, y llegamos a los 4000mts. de altitud.
Justo antes de empezar, Gerard de Rooy y nosotros, viendo que a esa altura no ha llovido y el piso está seco, cambiamos los dos neumáticos delanteros que llevamos para barro con un taco más alto por unos de taco rebajado que según dicen los que saben va mejor en terrenos áridos como el que nos espera en la etapa. Ahí tenemos la primera toma de contacto real con la altitud y sus efectos, pues a los 3700 mts que estamos, el esfuerzo para cambiar las dos pesadas ruedas de cerca 180kg cada una se hace notar, y la falta de oxígeno se manifiesta en forma de agotamiento prematuro y relentiza de forma notable nuestros movimientos.
Justo antes de salir, aun reponiéndonos del esfuerzo de cambiar los dos neumáticos, Bernard, nuestro servicial mecánico, y mejor persona en la cabina, nos da una mala noticia, el sistema electrónico de inflado y desinflado ha dejado de funcionar. Pensamos que se debe de haber mojado con las intensas lluvias de la noche anterior. Arrancamos sobre una pista dura, seca y rápida puramente dakariana, a lo largo de un río seco. Al checo se le ilumina la cara de felicidad por abandonar el temido barro y reencontrarse con el tipo de trazado por el que nos enrolamos en semejante aventura, pistas desérticas, rotas, rápidas y reviradas donde demostrar nuestros dotes de conducción y habilidad en la navegación.
A los pocos km, la pista rota, revirada y con saltos y cubetas desaparece y nos enfrentamos a una pista ancha, bien arreglada donde la velocidad de nuestro Iveco llega a los 140km/h y se mantiene inalterable, al corte del limitador durante muchísimos kilómetros, aburridos kilómetros, sobre una suerte de carretera nacional que transita por el altiplano argentino. De vez en cuando, cruzamos algún río seco o viramos en alguna curva y la velocidad desciende un poco para de inmediato volver a recuperar el velocímetro los 140km/h. Pasan los kilómetros y no hay apenas diferencias en tiempo entre los camiones
Hacia el km 220 circulamos por el lecho de un río arenoso que, al no poder desinflar las ruedas porque el sistema no funciona nos relentiza algun minuto sobre el resto de camiones de punta. Aun así, al salir del río adelantamos al camión Liaz, piloto checo que partía delante nuestro, porque no ha encontrado la correcta salida del río y se ha perdido durante algún minuto. Al salir nosoros del río y retomar la pista lo vimos que subía por el río en dirección contraria en busca de la salida hacia la pista correcta. Caen los kilómetros de nuevo sobre una pista rapidísima sin ninguna dificultad.
En un giro oblicuo, en subida y muy cerrado a derechas, al hacer la maniobra para girar nos damos cuenta de que tampoco nos funciona la palanca que selecciona las marcha altas y bajas de la caja de cambios y perdemos algo más de un minuto intentando hacer que el sistema hidro neumático de la caja de cambios nos permita poner la reversa y luego la tercera velocidad para arrancar hacia adelante , y es que en el Iveco, normalmente, arrancamos en tercera, y ya después conducimos con quinta, sexta, séptima y octava velocidad, que a su vez se pueden partir en media marcha más cada una, hasta llegar a un total de 16 velocidades. Logramos girar y arrancamos de nuevo sobre una rápida pista a 140km/h hasta el final del selectivo.
Acabamos el tramo en 4horas y dos minutos y una media de algo más de 100 km/h y nos damos prisa en bajar hacia Jujuy porque tenemos 2:10min para realizar los 100km de enlace e intentar, en el tiempo que sobre, cambiar un neumático que le ha saltado un taco y arreglar el tema de la caja de cambios antes de entrar en el parque cerrado.
Cruzamos de nuevo el puerto de montaña y al empezar la bajada escuchamos un ruido raro en la rueda
Nos detenemos para ver y al holandés le cambia la cara, enseguida se da cuenta que el buje de la rueda está totalmente chamuscado, parece que el buje se ha quedado sin aceite y los rodamientos se han hecho fosfatina, estan totalmente destruidos. Al poco aparece nuestro buen amigo Pep junto con su tripulación Xavi y el bueno de Marc, que aunque nos asisten en el equipo, desgraciadamente solo tienen la mitad de la piezas que nos hacen falta. Marchan y mientras esperamos que llegue Juvanteny, que también nos asiste y trae piezas de recambio empezamos a desmontar par avanzar trabajo
Al cabo de un largo rato llegan Jordi y José Luis y podemos levantar acta de que no tienen el recambio que necesitamos así que solo nos queda esperar que desde la asistencia, que al tratarse de la etapa marathon ya están en Bolivia, cerca de Uyuni, regresen con el recambio que nos hace falta. Acabamos de desmontar todo lo que podemos, comemos algo de la ración que por suerte hoy si había recogido, lo que no pasa todos los días, o por pereza de ir o porque ya no quedan, montamos las tiendas y nos disponemos a dormir a 3910 mts de altura, a la espera que en pocas horas llegue la asistencia con el recambio
Pasan unas 3 horas y los tres estamos despiertos con un terrible dolor se cabeza que nos impide conciliar el sueño. Gust, El médico del equipo nos havía entregado esta mañana, antes de partir, un kit de pastillas de supervivencia para prevenir el mal de altura así que nos tomamos una pastilla de diclofenac y a dormir, o intentarlo, la verdad es que a tanta altura y tanto tiempo se hace difícil adaptarse a la falta de oxígeno y además del agotamiento el dolor de cabeza persiste durante horas
La asistencia llega cerca de las ocho de la mañana y rápidamente nos disponemos a cambiar el buje junto con el palier, toda la pieza entera con disco de freno incluido, lo que nos demora tres horitas por la dificultad de trabajar a tanta altura con piezas tan pesadas y que requieren tanto esfuerzo
Hacia las 11:30, tras 18 horas a cerca de 4000 mts de altitud acabamos de reparar y bajamos hacia Jujui, al camapaneto para tomar de nuevo la salida. Llegamos al campamento y ya no queda nadie, consigo un road book y las modificaciones y llamamos a París, al PC course, para preguntar cuanto tiempo tenemos para realizar el enlace de 280km que nos separan de la salida de la siguiente especial. Desde Paris nos informan que el Control horario cierra a las 15:00, sin excepción. Es la una del medio día y entre nosotros y continuar en carrera hay 280Km y tan solo 2 horas para recorrerlo.
La decepción se apodera de nosotros. Ales con lágrimas en los ojos nos agradece a Bernard y a mi nuestro trabajo y somos conscientes de que por poco más de una hora estamos fuera de carrera con el camión intacto y listo para correr. La gestión del equipo para rescatarnos, pese a la distancia, la mala suerte de que se tratara de la etapa maratón y la altitud, nos ha decepcionado un poco, han tardado demasiado tiempo en ponerse en marcha y no han gestionado eficazmente el rescate Parece que este año no hemos tenido los dioses con nosotros, ni Zeus a dado tregua con sus lluvias ni Cronos nos ha ayudado con el tiempo. Y es que aunque seguro algún día cruzaremos las puertas del Olimpo dakariano, este año no podrá ser y nos esperan 358 días más de impaciente espera para volver estar ahí, los tres, a lomos de una potente máquina, con o sin morro pero a punto a dar la batalla por una ilusión, por un sueño, por una hazaña que nos encumbre a los altares de la historia deportiva y dé fe de lo que tres hombres y una máquina son capaces de hacer
Hasta el año que viene
Gas i xampany
Muchísimas gracias por todo vuestro apoyo, ánimo y seguimiento que me consta que todos habéis tenido
No os preocupe que no hablen de nosotros este año… Lo harán el próximo.
En Salta, 9 de enero de 2016
Ferran Marco