José Luis Espinosa ha logrado dar un paso más en su objetivo de acabar por primera vez el Dakar. Eso sí, cada etapa está suponiendo un sufrimiento mayor que el día anterior, debido, sobre todo, a la dureza de esta prueba y de las condiciones a las que se está viendo sometido.
En la cuarta etapa, disputada entre Chilecito y Copiapó, la carrera llegaba por primera vez en esta edición al desierto. Antes de disputar la especial, llevaron a cabo un enlace de más de 600 kilómetros que tardaron más de ocho horas en recorrer.
El Caballero Negro llegó a la salida junto con el piloto de motos francés Frederick Millet. Ambos decidieron transitar muy cerca en la especial por si surgían los problemas. Y éstos no tardaron en llegar por la dureza del terreno. Millet sufrió varias caídas y tuvo que ser socorrido repetidas veces por el de Arroyomolinos. Cuando llegaron a un grupo de tres o cuatro motos, Espinosa decidió tirar acelerar ya que, como al final sucedió, preveía que se le iba a hacer de noche antes de llegar a la meta.
Lo que no sabía el corredor madrileño de quads es que lo peor estaba por llegar: «Sufrí un llantazo y pude continuar gracias al auxilio de varios aficionados chilenos que me ayudaron a desbarrancar. Se lo agradeceré eternamente. Más adelante caí en un agujero y tuve que desdoblar el manillar del quad con mis propias manos».
Ya de noche por el desierto, el piloto español, de 41 años, recorrió los últimos cien kilómetros sin ver absolutamente nada: «He subido dunas de 80 metros que si las llego a ver de día no las subo. A veces se veían camiones a lo lejos que, de repente, desaparecían por culpa de las dunas. No he sufrido tanto en mi vida. El vivac tiene un montón de luces y yo, cuando estaba aquí al lado, no las veía».
Pese a las penurias propias de un rally como el Dakar, José Luis Espinosa está contento por seguir en carrera, ha disfrutado lo que ha podido de los espectaculares paisajes y se ha sentido bien sobre la moto en el desierto: «Unas condiciones que odio, pero que creo que se me dan bien».
La quinta etapa se disputará entre Copiapó y Antofogasta y en ella los pilotos de quads tendrán que correr una especial de 458 kilómetros.