¡Las peripecias empiezan a veces mucho antes de la carrera! El punto de encuentro que se fijó en Le Havre para embarcar los vehículos europeos no fue fácil de alcanzar para algunos participantes , pero el barco estará completo para cruzar el Océano Atlántico.
Le Havre, ya es una victoria. Para muchos competidores del Dakar, el desafío se extiende en varios meses, e incluso varios años. La dificultad para reunir el presupuesto, el minucioso trabajo de preparación del vehículo, las carreras y los entrenos indispensables para endurecer al piloto a las exigencias de la disciplina: a menudo, los preliminares son largos y laboriosos antes de alcanzar su lugar en la línea de salida. Y para los competidores europeos, se alcanza en forma simbólica en el momento en que embarcan su vehículo en el barco hacia América del sur. Y este año, para algunos, el camino que lleva a Le Havre no fue para nada un camino de rosas. Los problemas meteorológicos que afectan el centro de Francia complicaron, por ejemplo, la existencia a Patrick Sireyjol, quien dejó Saint-Etienne bajo la nieve del jueves a la mañana para emprender la ruta hacia Normandía. En otro orden, Robby Gordon, estratega y meticuloso lo ha hecho también en lo referente a la contención de los costes de transporte. Sus camiones de asitencia dejaron sus talleres californianos para llegar a New-York donde un primer ferry los condujo hacia Anvers. Los mecánicos y su preciosa carga se encontraron luego con Robby en Paris para la presentación del rally. Y en la ruta de Le Havre el controvertido piloto norteamericano tuvo sus primeros problemas de navegación, ya que le llevó casi medio día hacer los 200 kilómetros que lo separaban de los muelles.
El trayecto no era tan complejo para todos. Llegados de España para las motos GasGas por ejemplo, de Republica checa para el nuevo camión de Ales Loprais o en lo más profundo de Tatarstan para los Kamaz, la mayoría de los competidores llegaron a tiempo para cumplir con las verificaciones administrativas (trámites de aduana, etc.) y técnicas (pegado de adhesivos, instalación del material de seguridad, etc.). Sin embargo, algunos rezagados ya se hicieron notar: deseosos de pulir al máximo sus puntos fuertes para su gran debut en el rally, los ingenieros y mecánicos del team Ford, trabajaron en sus talleres alemanes hasta el último momento, y aún se encontraban a más de 400 km de Le Havre a mitad de la tarde…
En total, son 670 vehículos de carrera, de asistencia, de organización y de prensa que se han cargado en las bodegas del Grande Roma para un viaje de tres semanas hasta llegar hasta el puerto de EuroAmerica, cerca de Buenos Aires.