Cuando durante el Briefing del viernes por la tarde, Antonio Segura, patrón de Andinas Racing Sport y máximo responsable de la prueba, advertía de que la presente edición de la Baja Almanzora supondría la versión más dura de todas las celebradas hasta la fecha, no estaba engañando a nadie. Pocas horas después, los pilotos comprobarían esta cruda realidad. Entre esos pilotos y haciendo el debut en esta especialidad, Albert Roquet y Montse Contijoch llevarían su Polaris RZR 4 900 a la victoria no solo en la Challenge, sino también en la disputadísima categoría de los buggies. Y lo más importante, su genial carrera les llevaría a rozar el podio de la clasificación general al obtener una merecidísima cuarta plaza final.
Bajo la carpa de su asistencia, Marc Blázquez, entre otras cosas bi‐campeón del mundo de Rallyes Todo terreno, mira de reojo y con perplejidad los profundos cortes que las traicionaras piedras del trazado han efectuado en sus neumáticos. Al igual que ocurre en el parchís cuando de forma recalcitrante el dado se empeña en mostrar la cifra máxima por tercera vez consecutiva enviándonos para casa, el tercer pinchazo sufrido por Marc y Nacho durante el sector selectivo 1 les enviaba a idéntico sitio. Agotadas sus ruedas de repuesto y con tan solo tres ruedas efectivas, a Marc Blázquez tan solo le quedaba reengancharse a la segunda etapa, pero asumiendo una penalización que arruinaba cualquier intento de obtener una plaza de honor en la prueba.
Autor de un más que interesante noveno mejor crono en la Súper Especial del sábado, y sabedor con certeza de las más que ciertas posibilidades de obtener un resultado de relumbrón en su retorno a la especialidad de los Rallyes Todo Terreno, Marc Blázquez apostó fuerte. Juzgó sus posibilidades, arriesgó e intentó tratar de tú a tú a los monstruos de la especialidad y sus bien pertrechadas máquinas. Su jugada no le salió bien en esta ocasión, pero seguro que valió la pena intentarlo. Las posibilidades de lograrlo eran bien ciertas.
Marc Blázquez:
“Durante la prólogo obtuvimos un crono bastante interesante. Dado que nuestra participación se decidió a última hora, ni siquiera habíamos tenido tiempo de efectuar test con el coche, y fue durante los 7 kilómetros de la propia etapa prólogo donde fuimos descubriendo el coche y sus primeras sensaciones. Antes de la salida al primer sector selectivo, al menos tuvimos ocasión de cambiar ciertos reglajes de suspensión para tratar de adaptarla a nuestro gusto y a un terreno tan particular como este. En realidad, el vehículo nos ha encantado y esperamos repetir de nuevo la experiencia. El RZR se ha demostrado como una máquina con posibilidades, no solo es divertido sino que también es efectivo. Trabajando sobre sus reglajes y adaptándolo a nuestro gusto, a buen seguro que podremos situarnos muy arriba en las clasificaciones”.
Mientras tanto, el siguiente vehículo inscrito en la Polaris Racing Challenge jugaba unas bazas bien diferentes en su devenir por el durísimo trazado almeriense. De esta manera, Albert Roquet y su copiloto, Montse Contijoch, evolucionaban de forma efectiva por el itinerario de la prueba con la mente puesta en la bandera a cuadros, en navegar con seguridad y en mimar la mecánica dentro de lo que las durísimas condiciones del trazado la hacían posible. Y lo harían nadando en río revuelto, haciendo una óptima gestión de su carrera y aprovechando las bondades de su montura. La efectividad de esta filosofía se demostraba cuando Albert y Montse arribaban a la meta del sector selectivo del sábado situando su Polaris RZR 4 900 ya en la undécima posición.
A decir de los organizadores, aún quedaba lo peor, pues la etapa del domingo prometía poner aún más en aprietos a los participantes. Ya el domingo, Albert y Montse sorteaban los problemas de navegación típicos de unas ramblas que, con motivo de las devastadoras riadas del pasado otoño, han cambiado drásticamente de fisonomía, incluyendo una buena cantidad de agua en su cauce. Inconveniente este último del agua que los catalanes debieron solventar con destreza, pues no olvidemos que a bordo de un buggie el contacto con el exterior es en ocasiones bastante íntimo.
Así las cosas y tras una memorable remontada en la clasificación, su llegada a meta se saldaría consiguiendo una impresionante cuarta plaza absoluta a lo que hay que añadir la victoria entre los buggies y en la Polaris Racing Challenge.
Albert Roquet:
“No podemos estar más satisfechos. El viernes por la noche tuvimos ocasión de subirnos por vez primer al coche, momento en que debimos aprender absolutamente todo sobre su funcionamiento. Apenas unas horas después disputábamos la Súper Especial. Para mí suponía doble tarea, pues descubría el coche y tomaba parte por vez primera en esta especialidad. Así las cosas, afrontábamos la prueba fieles a nuestra filosofía. Tomamos las cosas con calma dando prioridad a sortear las trampas del recorrido sin someter la mecánica excesivamente. Y paralelamente a ello, tratando de navegar con efectividad evitando perdernos. El resultado final está ahí y supone un importante acicate para nosotros. Aún con todo ello, tenemos bastante trabajo por delante para adecuar nuestra montura y hacerla incluso más efectiva. No olvidemos que se trataba de nuestro primer contacto con el Polaris. Pero estamos muy contentos con ello, y acudiremos con gran ilusión a la siguiente prueba en Jiloca a defender nuestro liderato en la categoría de buggies”.