- El piloto de KH-7 se ha clasificado 11º, tras la suspensión de la carrera a partir del CP1 a la altura del kilómetro 84.
- “Nunca antes había visto nada parecido, con olas de medio metro de altura por el río”.
Nani Roma ha vivido otra jornada peligrosa durante la 11ª etapa que ha sido neutralizada, a partir del CP1 para coches y camiones, por culpa de la crecida de las aguas. El piloto de KH-7 había pasado 11º por ese punto a 7’39” del vencedor Rooby Gordon y mantiene plenas aspiraciones de acabar en el podio final del Dakar 2013.
Las lluvias torrenciales han sido protagonistas de la jornada, hasta el punto que la dirección de carrera ha decidido dar por terminada la carrera en el CP1 por motivos de seguridad, ante la espectacular crecida de dos ríos a la altura de los kilómetros 69 y 85 de la especial.
Esta vez los comisarios sí han detenido a los coches que iban en cabeza, entre los que figuraba Nani Roma. El piloto de Folgueroles comprende totalmente la decisión adoptada de interrumpir la competición: “Los ríos crecen de forma increíble en cuestión de minutos, con olas de medio metro que lo arrasan todo. Nunca antes había visto nada parecido y conducir en estas condiciones resultaba muy peligroso”.
Hasta llegar a ese punto, Nani Roma ha tenido que esforzarse al máximo al salir muy adelante tras su segunda posición de ayer. “Hoy he sudado lo mío. Enseguida me he encontrado abriendo pista, sobre un terreno complicado, con pistas muy rotas. He estado a punto de caerme dentro de un agujero de dos metros. En cambio, las dunas no estaban nada complicadas gracias a la lluvia y hemos podido pasar sin problemas”, explicaba el catalán.
Su esfuerzo al volante del Mini 4All Racing no ha resultado en vano, ya que le ha permitido mantener sus aspiraciones de subirse al podio. El líder sigue siendo el francés Stéphane Peterhansel, sexto hoy a su paso por el CP1, donde el más rápido y ganador de la etapa ha sido Robby Gordon.
Mañana jueves, el piloto de KH-7 tratará de recuperar más terreno durante otra etapa que se prevé durísima, entre Fiambalá y Copiapó, con 319 kilómetros cronometrados: “El desierto de Atacama siempre es complicado, pero volveré a atacar porque me veo con fuerzas de pelear por el podio hasta el final”.