A un día de la jornada de descanso y en plena etapa maratón, Laia Sanz ha tenido que sobreponerse a las magulladuras que se produjo ayer en una caída en el transcurso del enlace hacia la sexta especial. La 13 veces campeona del mundo recibió un fuerte golpe en la mano y el codo derecho, por lo que tuvo que ser examinada por los médicos de la organización. Hoy, en la séptima especial, ha podido pilotar sin demasiadas molestias, a pesar de tener aún la mano hinchada, pero ha sufrido otra caída y se ha lastimado un dedo de la mano izquierda, aunque sin gravedad.
La piloto de KH-7 ha finalizado en 43º lugar, a 17’51” del ganador de la etapa, el estadounidense Kurt Caselli. En la general, Laia baja un puesto y pasa al 34º lugar. “La etapa ha ido bien, aunque no era el mejor terreno para mí ni para la Gas Gas, porque la pista era muy rápida y había polvo, y mi moto tiene poca velocidad punta. Lo que me da un poco de rabia es que hoy sólo había que dar gas y me han pasado unos cuantos pilotos que los días más difíciles iban por detrás. Ahora tendré que tragar su polvo”, comenta.
Tramo cronometrado al margen, la jornada ha sido dura tanto para mecánicas como para los participantes, puesto que han tenido que cruzar la cordillera de los Andes desde Chile a Argentina, llegando a casi los 5.000 metros de altitud. En ese punto se ha conocido el fallecimiento de un participante de la categoría de motos. “Estos accidentes nos afectan mucho a todos, pero no podemos hacer otra cosa que seguir. Es innegable el riesgo que hay, sobre todo en las especiales, pero también en los enlaces porque nos levantamos muy pronto y vamos muy cansados. Además, en la altitud te duermes. Yo he tenido que respirar oxígeno de los equipos médicos de la organización”, explica.
Laia va camino de superar el 39º puesto final de sus dos participaciones anteriores y de renovar el triunfo en el apartado de mujeres, en el que su única contrincante, la chilena Jose Fina Gardulski, ocupa la 132ª posición, a 14 horas de distancia. “Llegamos a la mitad de carrera muy bien, pero queda la otra mitad y no hay que confiarse en absoluto. En el Dakar la lucha es contra uno mismo, no contra los demás”, asevera.
