El KH-7 Epsilon Team ha mejorado posiciones en la segunda etapa del Dakar 2013. El llamativo camión MAN pilotado por Jordi Juvanteny ha finalizado la especial del día en 36ª posición, tras invertir un tiempo de 5h 08’34” para completar los 242 kilómetros cronometrados. El holandés Gerard De Rooy ha sumado su segunda victoria consecutiva y se consolida al frente de la general.
Una vez más, el paso de estos gigantescos camiones ha provocado imágenes para conservar en la retina, como su ascensión por las dunas de una zona del desierto peruano conocida como el «Cementerio de Ballenas», en alusión a la peculiar forma que adoptan las dunas cercanas a la población de Ocucaje.
Juvanteny, acompañado en la cabina del MAN naranja de KH-7 por el copiloto José Luis Criado y el navegante Enric González, ha completado toda la etapa sin contratiempos. Eso sí, han tenido que detenerse para asistir en plena pista al camión nº 519 del Team De Rooy formado por el francés Joseph Adua y los españoles Ferran Marco y Marc Torres, que habían roto un cable del cambio de su Iveco.
“Ha sido una etapa complicada, técnica y machacona, pero hermosa, que hemos sabido superar a base de oficio. Hemos completado todos los kilómetros a buen ritmo, tranquilos y sin ningún contratiempo importante”, explicaba el copiloto José Luis Criado.
Todo lo contrario que muchos de los participantes que han ido encontrándose por el camino hacia la meta de Pisco. “Nos hemos topado con mucha gente enganchada en la arena, ya que motos, coches y camiones han pasado apuros en un día muy exigente, con dunas francamente difíciles de sortear”, narraba Juvanteny.
Lo que más preocupa a los miembros del KH-7 Epsilon Team es la salud del piloto Jordi Juvanteny, que arrastra un resfriado desde su llegada a Perú. “Cogió frío durante el viaje a Lima y no acaba de recuperarse, pero se está medicando, lo cuidamos entre algodones y seguro que no tardará en encontrarse en plena forma”, pronosticaba González.