- El piloto de Vilanova de Bellpuig ha terminado la penúltima etapa del Dakar 2013 con la moto sin batería y mucho dolor en su mano derecha lesionada
- “Estoy pendiente de cualquier ruido extraño de la Yamaha porque aún no me creo que pueda llegar a Santiago de Chile”.
David Serra está a punto de ver cumplido su sueño de acabar el Rally Dakar. Sólo le falta una etapa, la de mañana entre La Serena y Santiago de Chile, de apenas 128 kilómetros cronometrados. El piloto de Vilanova de Bellpuig ha superado hoy el penúltimo escollo con problemas mecánicos en su Yamaha y un insoportable dolor en su mano derecha, que le ha obligado a salir infiltrado por segundo día consecutivo. Pese a todo, ha finalizado 84º, con un tiempo de 5h 19’29”.
“He sentido auténtico pánico esta mañana cuando mi Yamaha se ha quedado sin batería y he tenido que arrancar la moto con el pie. Eso me ha obligado a pasar con extrema precaución por el desierto, ya que si me caía en una duna y se paraba la moto no sé si me hubiera visto con fuerzas de ponerla en marcha”, explicaba Serra.
Por fortuna, durante su travesía por el desierto de Copiapó, el piloto ilerdense sólo ha sufrido un leve despiste que le ha hecho perder alrededor de 5 minutos. Ha sido el único contratiempo en una maratoniana especial de 441 kilómetros que ha logrado finalizar con un intenso dolor en su mano derecha lesionada.
“Cada vez tengo más hinchada la mano y me duele mucho. He vuelto a infiltrarme por la mañana, pero a las pocas horas se me pasa el efecto y vuelve el dolor. Después me he tomado pastillas, aunque no quiero abusar porque debo mantener la sensibilidad para no arriesgarme a sufrir una caída. Esto es realmente duro, pero estoy tan cerca del final que debo continuar adelante como sea”, confiesa el piloto amateur de 43 años.
Tal es su sufrimiento acumulado al manillar de su Yamaha durante dos semanas de competición y más 55 horas de carrera que David Serra no acaba de verse sobre el podio de Santiago de Chile.
“Hasta que no cruce la línea de meta no voy a cantar victoria. Sé que queda muy poco, pero tengo miedo de no conseguirlo y estoy pendiente de cualquier ruido extraño en la moto. Hoy, casi por casualidad, me he dado cuenta de que llevaba la bomba de gasolina floja. No quiero ni imaginarme qué hubiera sucedido si se me llega a caer en plena especial”, comentaba emocionado.