El héroe local Tavo Vildósola contuvo a una legión de rivales americanos, este fin de semana, y se llevó la mítica Baja 1000 mexicana, que se disputa en la península de Baja California. Esta ha sido su segunda victoria en tres años. Este piloto mexicano, de 30 años, superó el complicadísimo itinerario y soportó las altísimas temperaturas de la zona para lograr un nuevo triunfo en la prueba de mayor tradición destinada a los todo-terreno, con un tiempo total de 19 horas, 44 minutos y 51 segundos.
Los 298 participantes que compitieron este año en la Baja 1000 tuvieron que afrontar todo lo que este complicadísimo evento que se disputa al noroeste de México les echó: de carreteras polvorientas repletas de piedras y rocas a zonas pantanosas y espesa niebla, con cambios de temperatura notables. Aun así, un impresionante 58% de los participantes llegó a la meta, aunque muchos fueron los que lo hicieron en renqueantes máquinas que tenían signos visibles de la batalla que se libró durante 24 horas en pleno desierto mexicano.
Como sucedió en 2010, la prueba de este año fue dominada por el héroe local, Tavo Vildósola. Nacido en la capital de la región, Mexicali, Vildósola conoce la Baja California como la palma de su mano y usó este conocimiento del terreno para su beneficio y lograr el mejor tiempo absoluto de la prueba, incluso por delante de las motos, las cuales han superado a los coches en 36 de las 45 ediciones de la Baja, desde su inicio, en 1967.
“Estamos realmente orgullosos, porque en 2010 empezamos en el grupo de cabeza y lideramos desde el kilómetro 240 hasta el final. Esta vez, hemos empezado en el puesto 25 y hemos tenido que luchar para llegar a la cabeza hasta el kilómetro 1.640. Hemos luchado en todo momento, adelantando rivales durante la noche, la madrugada, la mañana… Pero al final lo hemos logrado”, dijo un sonriente aunque agotado Tavo, quien superó en 15 minutos y 56 segundos sobre el segundo clasificado, BJ Baldwin.
Acompañado por su padre, Gustavo Vildósola, el dúo mexicano se subió a su TT, patrocinado por Red Bull, para desplegar y ondear una bandera mexicana, en la que se aprecia a un águila devorando a una serpiente, imagen que tiene relación con la fundación del país centroamericano. “¡Es un sentimiento fantástico!”, exclamó Vildósola júnior, quien ahora, al igual que su progenitor, ha grabado su nombre en la historia de la legendaria carrera por el desierto de mayor tradición mundial.