Superado el penúltimo escollo, la etapa entre Nasca y Pisco de 275 kilómetros, al canario de KH-7 Valsebike le espera ya la meta de Lima a la vuelta de la esquina. Con más de 8.000 km en el cuerpo, los 254 de enlace y los 29 de especial pueden parecer un trámite, pero como recuerda Pedro, “hay que hacerlos”.
El Dakar 2012 ha escrito este sábado su penúltima página y, con ella, el valsequillero Pedro Peñate está a un paso de lograr terminar su segundo Dakar tras el de 2010. La etapa de Pisco-Lima del domingo será un pequeño tramo de 29 kilómetros que después de trece días en ruta puede parecer un paseo, un homenaje a los supervivientes, pero para el canario, que sigue arrastrando problemas de temperatura, se le harán larguísimos.
Peñate se quitó un importante peso de encima al llegar a la localidad peruana de Pisco, penúltima parada de esa ciudad itinerante que es el vivac del Dakar. Aunque un día atrás, en Nasca, ya tuvo la sensación de que lo peor de esta edición del raid sudamericano había pasado al completar las dos etapas sin asistencia externa. “La etapa maratón fue toda una experiencia. Llegar fundido de cansancio y ponerte a chequear la moto para dejarla lista para el día siguiente y dormir en una carpa inmensa con los demás participantes fue algo mágico. Desde luego que no descansé como debía y que le dio un plus de dificultad después de tantos días de carrera en el cuerpo, pero por un día pilotos oficiales y privados fuimos iguales. Es algo que recordaré siempre”.
Con la vuelta del calor han reaparecido los problemas de exceso de temperatura del motor, algo que repercutió inmediatamente en los registros del piloto del Centro Comercial El Muelle. De estar cerca de los sesenta primeros en las etapas diez y once, Peñate tuvo que bajar considerablemente el ritmo en las dos siguientes para mimar al máximo la mecánica. “El problema es el mismo. El kit especial para hacer una moto de enduro una de raid es la que no deja respirar bien el motor cuando hay una temperatura ambiente elevada y otra vez he tenido que ir parándome para no jugármela. Es una pena porque la moto se está portando de maravilla y es algo externo lo que produce este achaque. A días de alcanzar la meta cualquier precaución es poca”, explica el piloto, que terminó el 74 en Arequipa-Nasca el viernes y, el sábado, en Nasca-Pisco, el 87.
El camino a Lima es una incógnita. Los pilotos saben que no va a ser un ‘tramo espectáculo’, sino una especial con tierra. Por ello Peñate no acaba de confiarse y nada más terminar la penúltima etapa se sentó para revisar el último roadbook de este Dakar 2012. “Siempre digo que cuando hay pocos kilómetros es que puede haber gato encerrado. En este caso no sabemos bien cómo será, pero yo voy a tener que ir con mil ojos porque el motor va a volver a sufrir. Son 29 kilómetros, pero hay que hacerlos. Hasta que no me vea en la rampa de meta, no respiraré tranquilo. El viernes por la mañana, por ejemplo, después de no recibir asistencia la noche anterior me costó una eternidad arrancar la moto por la humedad que había caído”, concluye el piloto de KH-7 Valsebike, que a pesar de todo ha ganado una nueva posición en la genera y es el 81 de la categoría de motos.