Fiambalá se ha hecho famosa en el mundo entero gracias a la dureza del recorrido marcado por la organización del Dakar en sus inmediaciones, todo empezó en el 2009 cuando Carlos Sainz se precipitó al lecho seco del rio y se vio obligado al abandono. En 2010 fue la gran criba de participantes y en 2011 fue donde Sainz y Al-Attiyah se disputaron la carrera.
Las altísimas temperaturas y la arena blanda de las dunas hacen de esta etapa una pesadilla para los pilotos y puedo asegurar en primera persona que esta vez sí que es tan fiero el león como lo pintan. En 2010 llegamos a leer 52º en el termómetro del coche, si bien es cierto que estuvo parado en la pista durante más de tres horas. El lecho del rio es muy fácil de recorrer siempre y cuando seas el primero que pase por allí pero después de las motos y una docena de coches dejan el lecho de arena fina totalmente trillado y es muy complicado salir de allí y no digamos cuando hayan pasado los camiones. Los pequeños Polaris o McRae vivirán su infierno particular en la etapa de mañana.
La etapa tendrá un enlace de 246 km para los coches y camiones y de 151 para las motos. Las especiales serán de 177 para los primeros y 265 para motos y quads. Este año, el recorrido será diferente para coches y motos para «según la organización» ofrecer un confort de conducción óptimo para todos los vehículos. Desconocemos la escala usada para medir el confort pero seguro que el resultado no dejará indiferente a nadie.