Laia Sanz ha completado la undécima especial en 39ª posición, otro gran resultado para ella, que sigue su progresión en la clasificación general y ya está en el 40º lugar, a sólo un puesto de igualar el resultado de la edición anterior.
El Dakar es un desafío continuo y para Laia no podía ser menos. La piloto de Gas Gas se ha enfrentado hoy a la etapa maratón, la primera de estas características desde 2007. En la práctica eso significa que la campeona del Dakar de féminas no podía recibir la asistencia del mecánico del equipo, al igual que los demás pilotos de motos, pero tampoco ha podido contar con su compañero Marc Guasch, que sigue hospitalizado en Chile evolucionando favorablemente. Laia ha tenido que apañárselas para revisar la moto por su cuenta y vivaquear para afrontar mañana la duodécima etapa del rally.
Por este motivo, la española ha mantenido las precauciones de los últimos días, pero sin dejar de aprovechar cualquier momento para adelantar puestos: “La etapa de hoy era para romper las motos. Hemos tenido que vadear dos ríos en los que el agua te llegaba hasta la cintura y en uno de ellos la corriente incluso te llevaba. En el primer vadeo había un montón de pilotos con problemas para cruzar, porque era fácil desequilibrarse y que cayera la moto. A muchos les ha entrado agua en el filtro y les ha costado mucho volver a arrancar, así que he buscado otro paso más alejado trialeando un poco y me ha salido bien. Luego nos hemos encontrado una zona de unos 40 kilómetros con fesh fesh que ha sido durísima, tanto para los pilotos como para las motos. Ahí he acabado destrozada. Pensaba que era la única que estaba así, pero cuando he llegado a la meta todos comentaban lo agotados que habían acabado. En la parte final había tramos muy rápidos, pero me lo he tomado con calma”.