Laia Sanz sigue avanzando con buen paso en su camino hasta la meta de Lima. La piloto de Gas Gas ha vuelto a gestionar la especial con inteligencia, sin asumir ningún riesgo y ha finalizado la décima etapa, entre Iquique y Arica, en 47ª posición. En la clasificación general avanza cinco puestos hasta el 41º puesto.
Desde que se quedó sin su mochilero, Laia ha tomado la firme determinación de llegar hasta el final y para hacerlo tiene muy claro cómo debe gestionar la carrera. La pluricampeona de trial hace gala de una veteranía impropia de una chica que, con ésta, sólo lleva dos participaciones en el siempre complejo Rally Dakar: “No he corrido mucho para tratar de conservar la mecánica de cara a los próximos días. Hoy ha habido pilotos que han roto el motor y no quiero que eso me pase a mí. Mañana tenemos la etapa maratón y no tendré mecánico, así que no quiero tener sorpresas por lo que iré súper tranquila. Soy muy consciente de que hay que llevar un ritmo cómodo pero seguro y eso es lo que estoy haciendo”.
Sanz, que rueda sola desde el abandono de su compañero Marc Guasch, se está mostrando muy segura en la navegación: “Estoy contenta porque me siento a gusto leyendo el road book y navegando. En las dunas, hoy había un par de puntos conflictivos, donde se han perdido muchos. Afortunadamente, he encontrado el camino correcto y eso refuerza mi confianza”.
Al final de la etapa, Laia podría haber mejorado su resultado pero ha parado a ayudar a un piloto turco que se había caído: “El chico tenía que comunicarse con la organización porque se había hecho daño en un brazo y no hablaba nada más que turco, así que he parado a ayudarle. Espero que esté bien”.
Mañana el rally entrará en Perú que acogerá una etapa de 478 kilómetros cronometrados.
Marc Guasch, el piloto de Gas Gas, que actuaba hasta su accidente como mochilero de Laia Sanz, sigue en observación, consciente y evolucionando favorablemente de las importantes lesiones que sufre.