El equipo Sólyom ha cruzado el ecuador del Balkan Off Road Marathon. Después de cuatro días de carrera el día de descanso se dedica enteramente a las reparaciones porque el HAWKIA ha sufrido la dureza de las rocosas y exigentes pistas de montaña. Tras 630 kilómetros de especiales el equipo Sólyom con Olivér Sólyom y Mátyás Galbács ocupa la séptima posición de la general.
El Balkan OffRoad Marathon no ha complacido a los competidores con campos, todos los equipos han sufrido problemas mecánicos. Desde cada centímetro del parque de asistencia, situado en el centro de Kardzhali, se puede oír el sonido de los martillos, herramientas neumáticas, soldadores y amoladoras. El parque móvil de la carrera que está compuesto en su casi totalidad por Mitsubishi Pajero, tienen mayoritariamente problemas con las suspensiones, incluso es la parte más dañada del HAWKIA. El diferencial delantero y la relación se cambiaron en Grecia y ahora toca el turno a los semi ejes traseros, rodamientos de las ruedas, caja de cambios y frenos.
Olivér Sólyom: El terreno aquí es fantástico, no se puede comparar con nada que yo haya visto hace tiempo. Las pistas de montaña tienen mucha piedra, rocas y a veces no son fáciles de ver. Muchas veces hemos visto coches que llegaban a la cima de una montaña y tenían que retroceder y buscar la dirección correcta durante horas. Todavía nos quedan dos duros días por delante y lucharemos por un buen resultado hasta el final. Este es un muy buen rally.
Mátyás Galbács: Incluso con el preciso roadbook la navegación es muy complicada, pero esto es una buena cosa en los rallyraid que aquí en Bulgaria se han rebautizado como «Todo Terreno», digo esto para evitar confusiones. Tenemos que cubrir una distancia similar a una jornada de una prueba de la Copa del Mundo cada día, unos 300 o 400 kilómetros con una gran variedad de terrenos y de gran dificultad. Algunas veces sufrimos averías y tenemos que parar a repararlas y posteriormente continuar. Vamos a terminar como sea y esperamos tener un buen resultado.