Después de la devastación de ayer entre los contendientes con muchas historias de dolor, parecía que las posiciones de liderazgo estaban establecidas pero el Abu Dhabi Desert Challenge es un rallyraid en el extremo de la escala de dureza… y nada puede darse por sentado.
Fue una escena muy positiva esta mañana el ver salir a los Buggys Predatror del team Saluki así como a los G-Force, Briskindov hace estallar en carcajadas a los comisarios con su nueva afición de meter la cabeza en la arena. Al Shandari siendo remolcado al control con su buggy sin la parte trasera… incluyendo el motor. De hecho todos han vuelto a salir a la pista hoy pero una gran variedad de brutales penalizaciones.
El sol me está cociendo, podría aplicar más crema solar a mis brazos y envolver mi cabeza y cuello con el turbante pero así ya es más que sofocante. Puedo sentir que mis labios empiezan a agrietarse por el aire seco y mis pies están calientes por el calor de la arena que se cuela a través de la suela de mis zapatos. Dicen que estamos a 36 grados, pero la sensación es que hace más calor… Me estoy quejando y lo único que estoy haciendo es estar parado al pie de una duna cerca del final de la etapa. A los chicos que estoy fotografiando acaban de hacer 300 kilómetros con este calor… y yo estoy preocupado por lo caliente que está mi cámara. Lo que estos chicos están pasando es increíble. La lucha de motos y quads ya ha pasado y entonces oigo un rugido de un motor V8 cabreado y se me pasa por la cabeza que Gadasin ha vengado el mal día de ayer… pero se trata del Buggy azul de Schlesser que llega a la meta sin que los coches de X-Raid le sigan.
De vuelta al campamento me armo con el bloc de notas y el bolígrafo y empiezo a preguntar. Me entero que Stéphane Peterhansel se quedó atascado en las dunas y la única manera con la que ha podido seguir es con ayuda… proveniente de su compañero de equipo Leonid Novitskiy. Esta situación permitió a Schlesser llevarse la victoria por 8’41» aunque Peterhansel mantiene el liderazgo con 4’36» sobre Novitskiy y 9’11» sobre Schlesser.
Tapado por la lucha entre los primeros, Mark Powell en el Predatos Saluki tuvo un día brillante, finalizando quinto, pero detrás de la sonrisa se hacía evidente el agotamiento. «La etapa era muy retorcida» comentaba. «Muchas dunas pequeñas seguidas de grandes llanuras y salinas llenas de baches… Aquí es donde nos fue bien… aparte del hecho de que soy un excelente piloto» bromea «El largo recorrido de suspensión del Buggy ha trabajado muy bien donde otros ha golpeado. La mejor sensación ha sido la de adelantar a todos ya que salíamos en las últimas posiciones, incluido a los Kamaz, algo que no es muy fácil de conseguir ya que por lo general no se apartan del camino. El quinto lugar es magnífico, perdimos 30 minutos ayudando al coche gemelo de nuestro cliente y finalizamos a 47′ de Schlesser… no está mal para un coche de 2,2 litros» añadió con una sonrisa de satisfacción.
Puede que esté instalado junto a la carpa de X-Raid pero el equipo de Malcolm Anderson y su Range Rover es un mundo aparte. «Allí afuera es un poco extremo» dijo con una mirada distante cuando comenzó a explicar porqué no han finalizado la etapa » Antes del CP1 podíamos oír el traqueteo y nos dimos cuenta que teníamos problemas con la presión del aceite y como sabíamos que nos quedaba mucho camino por recorrer tomamos la decisión de parar y conservar el motor… ¿Sabes qué es esto?, preguntó sosteniendo el cárter el tubo que aspira el aceite del cárter. «Esto quedó atrapado dentro, dijo mostrándome un pedazo de látex que se parecía sospechosamente a una parte de un guante. Quedó atrapado en el filtro. ¡No es de extrañar que tuviésemos problemas con la presión del aceite!
Sentado junto al equipo del Range Rover estaba, tomando su té, el escurridizo Melki Fadi creador del Range Rover «Classic Sport» y décimo clasificado en la etapa de ayer. «Escucho a la gente decir que esto es más duro que el Dakar, más intenso, pero el secreto para el Desert Challenge es que se trata de un evento de resistencia. Todos esos pilotos que no terminaron ayer es porque van demasiado «a saco». La pista es difícil y llena de trampas, si no estás al 100% es muy fácil cometer un error y los errores se pagan. Sortear la duna equivocada u torcer donde no toca puede costar hasta diez horas por una maniobra de unos pocos segundos. La experiencia cuenta. Con siete participaciones Fadi sabe que la paciencia es importante, es noveno pese a quedarse con solo la tercera velocidad y dejar los frenos inservibles.
Hablando de paciencia, quien parece no tener mucho estos días es Roman Briskindov El ruso volvía a rodar rápido con el G-Force de alquiler y en el CP1 estaba octavo impresionando a todos, pero un lapsus en la concentración y ya estaba cabeza abajo. Por suerte uno de los Kamaz se detuvo para colocar el coche de su compatriota sobre las cuatro ruedas pero la trasmisión estaba dañada y tuvo que dirigirse al campamento para reparar. Al líder del equipo, Boris Gadasin, tampoco le salían bien las cosas hoy. Antes de salir a disputar la especial estaba controlando los tiempos de sus rivales en la pantalla y después de 50 Km ya había capturado a Schlesser y tras conseguir adelantarle iba camino de un buen resultado… Pero en el vuelco de ayer se rompió el aire acondicionado del coche y aunque parezca de chiste, la temperatura de la cabina a 65º con un pico de 68º más el mono y la ropa ignífuga sumado al esfuerzo de domar una bestia de 400 caballos a 160 Km/h por el desierto, no es para tomárselo a broma. El ruso reconoció su derrota en el CP3 donde tuvo que ser atendido por un golpe de calor. Esperemos que al aire acondicionado del hotel les recupere y podamos contar con ellos mañana.
Para terminar me gustaría dar las gracias a algunas personas. En primer lugar a la policía de los Emiratos Árabes Unidos. Ayer me tostaba bajo el sol sudando a mares, así que en tono de broma me señalaron el asiento de atrás de su Nissan Patrol que estaba estacionado con los cuatro intermitentes: «¡Vamos, vamos, amigo mío!» dijeron sonrientes mientras abrían la nevera y me ofrecían bebidas frescas y chocolate medio congelado. Pero la hospitalidad no se terminaba allí. El mayor de los dos se bajo del coche y limpió los cristales para que pudiese tomar fotos de los coches sin necesidad de bajarme ni sufrir el abrasador viento en la cara.
También a Daniel de DanFrak Catering por hacernos la vida más agradable a la gente de prensa en el campamento así como por mantener siempre llena la bandeja de galletas y la cafetera siempre a punto en la sala de prensa. A Al Ain que nos provee de agua fresca gratis.
Y no quiero acabar sin hacer una mención especial a una chica que añoro mucho… Irina Brandt en San Petersburgo que me hace sonreir con cada mensaje que me envía.
Texto: Robb Pritchard – Traducción: Pep Cifre