Considerando que hay cerca de mil kilómetros por recorrer en las pistas desérticas de uno de los lugares más inhóspitos del planeta durante los próximos cinco días, una etapa de 2 kilómetros alrededor de la ciudad puede que no signifique mucho… pero sirve para dos propósitos: sirve para que los espectadores locales disfruten de la acción, y las más importante para los pilotos: saber el orden de salida de mañana. Un par de curvas donde levantar polvo, una rampa, alta pero fácil y un gran charco, artificial por supuesto, han servido para crear la prólogo, todo ello aderezado con el paisaje de la Marina y los rascacielos.
Los coches salían en orden inverso al dorsal por eso los robustos Land Cruiser y Patrol locales que suelen ocupar la parte final de la carrera tuvieron el honor de ser los primeros en salir a escena. Ellos fueron los encargados de dar vistosidad al charco hasta que llegó el Range Rover del británico Malcolm Anderston que se lo tomó con calma para no mojar la sensible parte eléctrica del poderoso V8.
El premio al vehículo más original es para Fady Melki que aparecía en un nuevo Range Rover Sport pero algo no cuadraba, y menos cuando ves los sólidos ejes rígidos anclados al chasis de travesaños debajo de la carrocería. Con esto deduces que el concesionario local ha decidido promocionar sus productos combinando un chasis del Range Rover clásico con la piel broceada del nuevo Sport. ¡De primera!
Los dos Buggy Predator del equipo Saluki suenan como un secador de pelo cabreado pero pasan zumbando por el tramo. Mark Powell realiza un salto con un aterrizaje digno de los Red Bull X-Games. Los Predator son compactos y cuentan con un buen reparto de pesos ya que la trasmisión desde el motor a la caja de cambios es por correa dentada como los Unimog. Los italianos finalizaron en la décimo tercera plaza y el británico fue siete segundos más lento con lo cual saldrá mañana en la 25ª posición.
Un HDJ80 llegaba justo antes que Roman Brisnikov en su G-Force Proto de alquiler, Posiblemente el nombre no os suene de nada, Roman ha corrido varios rallyes en su Rusia natal, pero después de un intenso entrenamiento con el líder del equipo G-Force, Boris Gadasin, parece haber aprendido a conducir al límite absoluto. Siempre de lado y exprimiendo el coche pero con seguridad le han reportado la cuarta plaza. «Vive tu sueño» es lo que reza en el anuncio del alquiler del G-Force y a juzgar por su sonrisa al finalizar la prólogo no ha duda alguna, y más si consigues batir a Gadasin en el proceso. Boris parecía más preocupado en divertir a la audiencia dejando más aire por debajo del coche en los saltos y poniendo el cocho a dos ruedas para que todos viesen la gran G del techo.
Pero como decía un profesor en los cursos de medicina, hay que preocuparse primero de los que no hacen ruido. Los que hilan fino, saltan lo justo y mantienen las ruedas traccionando en todo momento sin derrapajes, Stéphane Peterhansel demostraba que ese era el secreto para obtener un buen tiempo… y lo hacía marcando un crono cinco segundos inferior a Novitskiy que a su vez solo superaba en un segundo a Zapletal en el L200.
La sensación era de ver unos elefantes presas del pánico y desorientados pero solo eran los tres Kamaz y como Mardeev nos explicaba: «Esto no está hecho para los Kamaz. La ruta era muy estrecha y con obstáculos, es solo para que la gente pueda verlos. ¿Qué podemos hacer?… ¡Mañana lo veremos!
La etapa del domingo tiene 290 kilómetros de dunas bajas. Peterhansel con el Mini enfilará el horizonte y tras él Novistkiy Zapletal y los dos G-Force.
Texto: Robb Pritchard – Traducción: Pep Cifre