El certamen nacional de Portugal ha arrancado su andadura este pasado fin de semana con una carrera de 380 kilómetros de recorrido. Para definirla podríamos usar muchos calificativos pero hay uno que la definen perfectamente: Demoledora. De los casi cuarenta inscritos solo once han conseguido llegar a la meta y lo más destacable es la escasa diferencia que ha separado a Filipe Campos y Carlos Sousa, solo 10 segundos tras dos días de intensa lucha entre el BMW X3CC y el Mitsubishi Racing Lancer.
Filipe Campos nos comentaba en su diario de a bordo que las características del trazado no dejaban ver la merma de la potencia del X3 debido al restrictor de aire obligatorio que ha visto reducido su tamaño. Con todo ello se ha beneficiado de los problemas que ha tenido Sousa con los neumáticos. Carlos Sousa dominaba la carrera con algo más de un minuto de ventaja sobre sus rivales pero se vio obligado a realizar un cambio de ruedas en la última asistencia ya que estaban en las lonas al no disponer de un compuesto más duro, perdiendo la ventaja acumulada y cediendo la victoria a Campos. Miguel Barbosa, tercero finalizaba a casi 10 minutos de los dos primeros clasificados seguido de Pedro Grancha con Nissan Navara y Bernando Moniz da Maia con el otro BMW X3CC del equipo Yser.
La dureza del terreno ha machacado las mecánicas y los neumáticos hasta el límite. Ricardo Porem y Nuno Matos dijeron adiós a la prueba a las primeras de cambio por sendas averías en sus flamantes prototipos. Los extranjeros Misslin y Costel aparcaron sus Mitsubishi exoficiales tras el primer sector y junto a ellos nada menos que 26 participantes se quedaron con las ganas de llegar a meta.