El Dakar Argentina Chile 2011 ha alcanzado su ecuador en la localidad chilena de Arica, sede del merecido día de descanso de los supervivientes que siguen en carrera. Las dos últimas etapas han sido demoledoras, especialmente la de ayer viernes, según Pedro Peñate la más exigente de cuantas ha disputado hasta ahora. Queda toda una segunda mitad que, como mínimo, será igual de dura.
Jornada de descanso en Arica. Un día para que los pilotos se den un respiro después de una semana tragando arena y polvo en los 4.568 kilómetros que han dejado atrás. Hoy se cumplen siete días desde que el Dakar Argentina Chile 2011 echó a caminar en Buenos Aires y para el piloto de Valsebike Canarias es momento de hacer balance en el vivac mientras aprovecha para echar un vistazo a los mensajes de ánimo que ha ido recibiendo durante todas estas interminables jornadas de moto.
Para Peñate todo va según lo previsto. Después de la etapa reina de esta primera mitad del Dakar 2011 va en el puesto 75 de los menos de 120 que quedan en carrera y no ha dejado de ganar posiciones desde que empezó el raid. Ayer acabó la durísima etapa de Iquique-Arica –de 456 kilómetros- en la 63ª plaza, un excelente resultado si tenemos en cuenta que no hubo piloto que llegara a meta que no se sorprendiera por su dificultad extrema. “La de ayer fue un disparate”, reconoce Pedro, “en el briefing de la noche anterior nos habían advertido que iba a ser agotadora y normalmente la organización nunca va con bromas. Empecé confiado porque los primeros kilómetros eran una maravilla. Dunas suaves, una fina capa de arena, pistas muy abiertas para disfrutar encima de la moto… Pero hubo un momento en que me tuve que frenar para empezar a guardar fuerzas”.
Hizo bien. El último cuarto de la etapa fue demoledor, sobre todo por el temido polvo de arena, el fesh-fesh. Esa especie de harina que si se acumula en grandes cantidades te puede dejar atrapado en medio de una nube y sin visibilidad ninguna. “Es a lo que más temes en una etapa como la de ayer. El jueves y el viernes hubo tramos llenos de fesh-fesh y cuando no es muy espeso, pasas y te quedas unos segundos sin ninguna visibilidad. En el peor de los casos la moto se hunde completamente y corres el riesgo de caer por delante de ella. La etapa de ayer tuvo muchos kilómetros llenos de trampas de ese tipo y fue físicamente durísima. La más dura que he hecho en toda mi vida”, sentencia Pedro, cuya opinión coincidía con la de pilotos como Marc Coma, Ciryl Despres o ‘Chaleco’ López.
Afortunadamente, en estas seis etapas no ha habido caídas ni errores que hayan tenido un coste en el físico ni, algo más secundario, en tiempo. Su objetivo sigue siendo el mismo a pesar de que la remontada que ha ido protagonizando desde que el Dakar 2011 subió varios grados su severidad podría invitar a seguir mirando arriba en la clasificación. “Estoy muy contento. El balance de estas seis etapas es muy bueno porque he podido comprobar que el sacrificio de todos estos meses de preparación ha merecido la pena. Alcanzo un ritmo cuando llevo cierto tiempo encima de la moto y soy capaz de mantenerlo hasta el final cuando el año pasado llegaba en reserva. Quería disfrutar más y lo estoy haciendo”, reconoce el piloto de Valsequillo, ahora mismo 75º de la general absoluta de la categoría de motos.
Una vez más, la experiencia es un grado y todas las lecciones que aprendió en los otros dos dakares (2009 y 2010) le han sido muy útiles. “Los cambios en mi preparación y la apuesta por la KTM 690 Rally han supuesto un cambio increíble. Después de haber pasado dos etapas extremas entre Calama y Arica, estoy bastante ilusionado de cara a la segunda parte. Ilusionado, pero no confiado. El Dakar nunca perdona, así que no puedes nunca bajar los brazos”, advierte.
Créditos fotos: Micael Löfgren.