La campeona de trial acaricia ya la victoria en el apartado femenino, pero solamente quiere concentrar las energías que le quedan en cubrir lo que falta de recorrido con tranquilidad y sin riesgos.
Sin a penas tiempo suficiente para recuperarse de la exigente etapa de ayer, Laia Sanz y Jordi Arcarons tomaban la salida hoy con un claro objetivo: no arriesgar, aprovechar bien las pocas energías que quedan a estas alturas de la carrera y rodar con la tranquilidad de tener la victoria de la Challenge femenina al alcance de la mano.
“Quedan todavía dos etapas y la de mañana será muy dura. Tenemos que intentar conservar al máximo la mecánica y el físico para acabar. Ahora sólo hay que pensar en acabar, nada más”, dice Sanz, que en la undécima etapa, disputada hoy entre Chilecito y San Juan, con 522 kilómetros cronometrados y 164 de enlace, ha finalizado en 45º puesto. “Me lo he tomado con cierta calma porque tenía unos quads delante que era imposible adelantar y me he tenido que quedar detrás de su polvo”.
“La pista era más sencilla y rápida, pero ha vuelto a ser un día muy duro por las altas temperaturas. El calor me ha hecho beber más y a 100 kilómetros de la meta ya no me quedaba agua, así que he llegado con una sed terrible”, explica.
Al margen del calor, las pocas horas de descanso también afectan. “Nada más comenzar la etapa había muchas curvas y fesh-fesh, así que en la parte que suele servir de calentamiento ya estábamos cansados. Hemos dormido muy poco y nos hemos levantado sin habernos recuperado de la paliza de ayer, pero esto es el Dakar y no puedes parar a lamerte las heridas porque si no, no llegas”, dice Arcarons.
El piloto de Vic ha sido 54º en la etapa y ocupa la 43ª posición en la general.