Con 25 años cumplidos hace un mes, la joven piloto del equipo Arcarons RST KH-7 añade la victoria de féminas a su laureado palmarés, en el que destacan 10 títulos de campeona del mundo de trial, 9 campeonatos de Europa y 4 triunfos en el Trial de las Naciones con la selección Española.
El sueño de terminar el rally se cumplía esta tarde, cuando ha cruzado la meta de la décimo tercera y última etapa del Dakar, tras recorrer 645 kilómetros por carretera y 181 en una especial cronometrada, entre Córdoba y Buenos Aires. Laia Sanz ha sido 44ª, a 16 minutos del vencedor del día, y ha terminado el rally en 39º puesto de la clasificación final absoluta. Jordi Arcarons, su maestro y escudero, completaba la etapa en 51ª posición. En su regreso a la competición en motos tras ocho años de ausencia, el piloto de Vic ha finalizado el rally en 41º lugar.
El camino hasta regresar a la capital argentina, desde donde partió la carrera el primer día del año, no ha sido nada sencillo y ha estado lleno de adversidades. La carrera arrancó mejor de lo esperado para la chica prodigio de Corbera de Llobregat, que en las dos primeras etapas lideró la challenge femenina y llegó a rodar en algunos momentos entre los 35 primeros scratch. Pero un error de navegación en la tercera etapa le hizo perder más de media hora, acabar en 77ª posición y ceder el liderato de féminas a la vencedora del Dakar 2010, la sueca Annie Seel.
Desde entonces y hasta después de la jornada de descanso, Laia tuvo que salir en posiciones retrasadas, lo que condicionó mucho sus posibilidades en las etapas con fesh-fesh. “Como salía muy atrás, me encontraba pilotos más lentos por delante de mí, pero su polvo me impedía pasarles ya que intentarlo suponía asumir un riesgo muy elevado por la falta de visibilidad”, contaba. Por otro lado, al no adelantarlos, volvía a salir retrasada al día siguiente, lo que significaba volver a rodar dentro del polvo, encontrar muchas roderas en el camino y demasiado caos y confusión en cuanto a la navegación.
En la sexta etapa, Laia perdió más tiempo al quedarse sin gasolina a falta de 60 kilómetros de la meta. Consiguió que le dieran combustible para poder seguir hasta el final, pero en total cumulaba ya un retraso de una hora respecto a Seel. Afortunadamente, tras la jornada de descanso se cambiaron las tornas. Seel comenzó a tener problemas y el cambio de terreno propició la remontada de la española en la séptima etapa. A partir de ese instante, ya no dejaría el liderato de la challenge femenina y día tras día fue aumentando su ventaja al mismo tiempo que iba escalando posiciones en la general.
Con la carrera bajo control, Laia Sanz asumió como propios los consejos de Jordi Arcarons, que en las etapas comprometidas le advirtió de los errores que podía cometer y le instó a correr lo menos posible para evitar problemas y el desgaste físico. “Laia es muy competitiva y además le gusta dar gas, pero teníamos muy claro cual era el objetivo. Mi misión en carrera era ayudarla si surgían dificultades y, aunque ha sido muy autónoma, en algunas ocasiones, decidimos completar el recorrido juntos”, explica el piloto de Vic.
Cuando el rally dejó atrás Chile y volvió a entrar en tierras argentinas, la dificultad se cebó con los participantes y, lógicamente, también con Laia. En la décima especial tuvo una fuerte caída, afortunadamente sin consecuencias graves. Las fuerzas se iban agotando y los choques térmicos, con temperaturas superiores a los 40ºC, y los largos kilometrajes, hicieron mella. En la décimo primera etapa se deshidrató al quedarse sin agua a 100 kilómetros de la meta, y al día siguiente, en la penúltima etapa, el desgaste le provocó rampas en los antebrazos desde el comienzo de la especial. Laia tuvo que afrontar 540 kilómetros muy mermada físicamente y sufrió una veintena de caídas por el desgaste. Los ánimos de Arcarons y su tesón le dieron las fuerzas necesarias para superar el reto.
Hoy la alegría de ambos era inmensa: “Ha sido increíble. No me lo acabo de creer. Para mí es un sueño cumplido, y aún más con el equipo con el que lo he hecho, con Jordi (Arcarons), Angels (Rovira), Moi (Gangolells), Paco (Ivars), que han trabajado mucho. Ha sido muy duro, sobre todo la segunda semana, con algún momento de sufrimiento, pero ha valido la pena porque ha habido muchos más momentos buenos que malos”, dice Laia Sanz.
Para Jordi Arcarons, “se ha cumplido el reto que nos pusimos y mucho mejor de lo que podíamos imaginar. Es un trabajo de constancia de todo un año y del día a día durante la carrera de todo el equipo. Laia ha estado magnífica y le he dado las gracias por hacerme tan feliz y la he felicitado por su éxito. Tiene unas condiciones innatas de pilotaje. Ha sido un Dakar muy duro, quizá el más difícil de los que se han hecho en Argentina y Chile. Nos marcábamos como objetivo llegar cada día, y ha habido días muy complicados. Ha sido un éxito de todo el equipo y me llena mucho el trabajo que hemos hecho cada uno de nosotros para que Laia pudiera demostrar lo grande que es”.