Cuando escribimos estas líneas la carrera aun no ha terminado. Es el ultimo día y haciendo el enlace de Córdoba al último tramo cronometrado que nos llevara a Buenos Aires donde, de manera definitiva, habrá acabado el Rallye.
Hay un dicho taurino que se repite en estos términos:”hasta el rabo todo es toro”, que traducido al mundo del motor, y los aficionados lo saben, la carrera no acaba hasta que el director nos da el banderazo final. Pues bien, en ese trance nos encontramos en este momento con el corazón encogido y las almas en vilo debido a que a unos 10 km de la salida del Vivac, se enciende en el cuadro de instrumentos una señal de alarma indicándonos que el alternador no funciona.
El camión entra en estado shock pero sin embargo no pierde su inteligencia y, paulatinamente empieza a desconectarse los circuitos secundarios (equipo de navegación y seguridad y auxiliares), dando un tiempo precioso para poder llegar, en circunstancias normales, a reparar a un taller pero no es nuestro caso porque tenemos que hacer 800 km con un tiempo determinado. El peligro es inminente, primero porque tenemos 800 km por delante, y segundo porque no hay taller, con el agravante de que el tiempo nos apremia y el camión se puede parar en cualquier momento por falta de batería. En definitiva: CATASTROFE. Rápidamente nos hemos puesto en funcionamiento y por fortuna la asistencia (EPSILON) están relativamente cerca, Los hemos atrapado y se ha montado un despliegue mecánico y de apoyo que ni el mismísimo Fernando Alonso tiene en los circuitos que frecuenta. De las caras de preocupación hemos pasado a las de esperanza y después a la relajación dentro de la preocupación. Bravo por los nuestros que han estado, como siempre, a un nivel humano y técnico insuperable.
Tenemos que llegar al tramo cronometrado y terminarlo. Es importante acabar la carera más dura del mundo, hay mucha gente pendiente de este pequeño camión que durante 17 días ha sido nuestro hogar y testigo de alegrías y desventuras propias y ajenas, y sería una lástima que después del esfuerzo realizado todo se vaya al garete en un instante. El esfuerzo no es solo nuestro, sino también de nuestros principales patrocinadores como es el caso de KH-7 LLOREDA que en todo momento han estado a nuestro lado dándonos apoyo. Pero las carreras son así y hay que cruzar la línea de meta. También la aportación de nuestro equipo de asistencia Epsilon que ha funcionado en el caso con la precisión de un reloj suizo. La secuencia ha sido la siguiente: hemos llamado al jefe de mecánicos, este a su vez ha conectado con el de recambios que iba en otro camión, y le ha requerido un alternador para nuestro vehículo. Le ha respondido que en su lista le figuraba en la caja 21 del camión numero 4 se encuentra el recambio necesario.
A partir de ahí, los mecánicos han actuado con una rapidez extraordinaria a sabiendas que el momento era importante y las consecuencias podrían ser funestas para el interés del equipo. La tensión ha sido maxima durante 50 minutos que a nosotros se nos ha hecho eterno, pero gracias a ellos y a la conjunción de factores que hemos explicado estamos circulando nuevamente pues el tiempo se nos acaba.
Todo forma parte de esta aventura. Volviendo al símil taurino:”en el torero son importantes hasta los andares”. Aquí en el Dakar todos los detalles son importantes y juegan su papel. La suma de los mismos es lo que te hace la vida durante la prueba más o menos agradable tanto, que al final i influye en los compartimientos humanos. Hay gente que ha dejado la carrera porque se han peleado; a veces las discusiones llegan a las manos; otros no se hablan durante algunas jornadas, solo lo imprescindible. Un mundo de relaciones personales que reflejan la dureza y nerviosismo que se vive en una cabina y también en el ambiente del equipo. Equipo, eso es lo que está siendo nuestro grupo humano que todas estas jornadas han convivido en cada unos de los vivacs y de una manera positiva y alegre. Rara vez hemos visto una mala cara de alguien, y eso que en algún momento la circunstancia daban para tenerla.
Por lo demás, el cansancio de maquinas y personas hace días que se ha instalado entre nosotros, Todos tenemos ganas de terminar el trabajo y terminarlo de manera satisfactoria y así esperamos que sea. Hay que acordarse también de los que no están en nuestra posición de privilegio de poder acabar la carrera que con tanta ilusión empezaron. Sabemos lo que es no terminar vaya para ellos nuestro abrazo y comprensión.
Cuando este relato lo lean ustedes esperamos que hayamos acabado felizmente y que esta carrera este en nuestras mochilas.