A Ettiene Lavigne y sus compañeros de A.S.O. se les está complicando la vida para poder definir el escenario del próximo Dakar. Los últimos acontecimientos acaecidos en los escenarios posibles dejan en un futuro incierto el recorrido del 2011.
Uno de los países anfitriones de las dos últimas ediciones, Chile, ha sufrido una de las mayores catástrofes de los últimos años. El terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter ha puesto en jaque al gobierno chileno para asumir los graves problemas derivados de la devastación provocada por el seísmo. Es perfectamente lógico que tanto Michele Bachelett, presidenta saliente, como Sebastián Piñero, presidente entrante, tendrán muchas más prioridades para invertir la partida de siete millones de Euros que solicitó ASO para volver a Chile en el próximo año.
La otra opción: Túnez, Líbia y Egipto se ha complicado por la decisión del líder líbio Gadafi de cancelar las relaciones diplomáticas con Suiza tras el resultado del referéndum que prohíbe construir minaretes en el país alpino. Al mismo tiempo la entrada de europeos al país del Magreb se esta viendo afectada por la negativa de conceder visados.
Tampoco se salva el recorrido que une Europa con la capital Senegalesa ya que sigue siendo una zona insegura debido a los secuestros y amenazas de los terroristas que mantienen aquella zona, especialmente Mauritania, como base de operaciones.
La posible negativa chilena sería totalmente lógica y responsable,. El país andino tiene mucho por hacer para sus ciudadanos antes de embarcarse de nuevo en el Dakar. Un caso aparte son los problemas políticos del continente Africano que pueden cambiar de rumbo en cuestión de días. Cada día se complica un poco más el futuro del Dakar. Ante este panorama A.S.O. se enfrenta a una difícil decisión. Esperemos que pronto se vislumbre el camino que seguirá el Rally más duro del mundo.
Fotos: Pep Cifre