Irene González, Prensa Coviar Raid team._Si ayer fue la cara, hoy Javier y Miguel Grasa han vivido la cruz del Dakar cuando a escasos metros del km 38 se rompía el turbo del Mitsubishi Montero DI-D.
“Nada más salir hemos encontrado un buen ritmo para no fatigar la mecánica y sobre todo, con los más de 50 grados, vigilar la temperatura del coche”, comentaba Grasa mientras esperaba la asistencia para llegar al vivac.
Pero el Dakar es imprevisible, y cuando rodaban por un río de arena, se ha roto del turbo del Montero, y si ayer ellos perdían tiempo por ayudar a un rival, hoy se han visto recompensados, “hemos tenido la suerte de que un camionero chileno nos ha remolcada hasta Fiambalá”, comentaba el piloto aragonés, mientras esperaba a su asistencia para reparar.
La etapa de hoy ha anunciado la dureza del raid, “el calor, el viento de arena, y las dunas han complicado mucho las cosas. Hoy he visto muchos coches con problemas, muchos atascados y bastantes fuera de pista”.
Esta noche será larga para el equipo Coviar Raid Team, intentarán reparar el coche para mañana estar, con la máxima penalización, en la línea de salida, en una jornada en la que cruzarán la Cordillera de los Andes, donde la altitud será de 4.000 metros.