José Miguel de Fulgencio y su copiloto Ignacio Santamaría ya están a punto para afrontar la primera etapa del rally Dakar, que se disputará mañana con un total de 733 kilómetros. La jornada comenzará con un enlace de 196 km que llevará a los participantes desde la capital de Buenos hasta el inicio del tramo cronometrado, cuyo recorrido será de 371 km. Al finalizar la especial, todavía quedarán otros 166 km de enlace hasta el campamento, localizado en Santa Rosa.
La jornada de hoy ha servido para que la organización de la carrera efectuara por la mañana el briefing general con todas las recomendaciones para los equipos. Por la tarde se procedido al acto protocolario del podio de salida donde todos los participantes han ido desfilando uno tras otro homenajeando al público argentino asistente. Para De Fulgencio, el tiempo parece pasar despacio estos días: “llevamos cinco días en Buenos Aires sin hacer mucho, la verdad. Ayer pasamos el tedioso trámite de las últimas verificaciones administrativas y también hemos podido comprobar cosas de nuestro coche, pero aun así se nos están haciendo eternos estos días. Estamos ansiosos por empezar y ver qué tal se nos da nuestro debut en el Dakar”.
“Nuestra última toma de contacto con el coche fue hace unos meses, en el Rally Tierras del Cid, en Burgos, y fue muy satisfactoria. En carrera llegamos a ir séptimos y vimos que podíamos adelantar más posiciones, pero desafortunadamente ese exceso de entusiasmo nos jugó una mala pasada y acabamos volcando el coche. Los mecánicos tuvieron poco más de un mes para reconstruir todos los desperfectos, así que ahora toca centrarse y ser conscientes de que no podemos cometer esos errores. El Dakar es una carrera de resistencia y hay que encontrar un ritmo que te permita terminar sin asumir riesgos”, comenta De Fulgencio.
Al margen del Tierras del Cid, el piloto catalán también disputó la Baja Aragón, en julio de 2008, y realizó unos tests en Marruecos a finales de 2007 para probar su Toyota Hilux en la arena. “La impresión es que se nos puede dar bien a tenor de las sensaciones que hemos vivido en los test. En las dunas, por ejemplo, me sentí mucho mejor de lo que cabía esperar, a pesar de no haberlas pisado nunca, aunque ahora mismo todo es muy relativo. La preparación ha sido buena, pero falta la prueba de fuego, y ésta empieza a partir de mañana”, concluye el piloto.