El equipo Competició Desert superó ayer las últimas inspecciones administrativas y técnicas obligatorias para poder tomar la salida del Rally Dakar 2009. En Le Havre quedaron algunos flecos pendientes por solucionar que los comisarios de la organización instaron a modificar una vez en Argentina. A la llegada del coche a Buenos Aires, los mecánicos de Herrador Competición, el equipo encargado de la asistencia durante la carrera, tuvieron que instalar el cristal de policarbonato del lado del piloto y cambiar los cierres del portón trasero del Bowler Nemesis. “En Francia los comisarios nos obligaron a romper una ventanilla para comprobar que en caso de accidente no quedáramos atrapados, así que ahora tuvimos que repararla. Por otro lado, los cierres de seguridad de nuestro coche no eran los homologados por la FIA, así que también se tuvieron que sustituir los originales que montó Bowler en Inglaterra por los de tipo americano. Son los gajes de llevar un coche totalmente nuevo que llegó a nuestras manos dos semanas antes de tener que embarcarlo hacia Argentina”, se resigna Antonio Vico, el piloto del equipo.
Además de estas pequeñas modificaciones, los mecánicos también tuvieron que sustituir una pieza defectuosa del freno de mano. “Esperemos que todos los males sean esos. Somos conscientes de que llevar un coche nuevo sin haberlo podido probar antes tiene sus desventajas, pero por otro lado el Nemesis es uno de los prototipos más espectaculares y con mayor potencial del Dakar, en cuanto a equipos privados se refiere, y creo que será una montura sensacional”, señala Vico.
Para el piloto anoiense, ésta será su primera participación en el Dakar, un hecho que no le quita el sueño: “llevo muchos kilómetros de conducción a mis espaldas y varias excursiones por África. No es lo mismo que competir en el Dakar, pero sí supone una base sólida. Mi falta de experiencia la supliré con Rosendo Touriñan, que es el español con más conocimiento de la carrera en España y uno de los mejores copilotos, si no el mejor”.
Vico no quiere resignarse a un papel secundario y en sus pensamientos no cabe un resultado discreto: “quizá a otros les parezca demasiado optimista, pero yo soy optimista por naturaleza y muy ambicioso. Tenemos un vehículo en condiciones para optar al máximo. Si nosotros estamos bien y el coche está bien deberíamos optar a ganar. Lógicamente, tenemos menos recursos que los oficiales, de modo que la lógica nos dice que tendríamos que intentar acabar entre los mejores privados. Eso es lo que todo piloto con ambición debe plantearse”. Vico sabe, no obstante, que no es tarea fácil: “la idea de estar arriba en la clasificación choca con la realidad y la realidad nos dice que un Dakar es muy complicado. Con terminar ya nos podremos sentir más que satisfechos, aunque por mi mentalidad sería decepcionante no acabar más o menos bien situado”.