Después de cinco jornadas una única cosa es segura: ‘Pedregá’ se crece ante las adversidades. Primero fueron los desajustes de la electrónica con la altura, luego la bomba del gasoil, el calor y el polvo. Hoy Juan Manuel González ha tenido que reponerse a los múltiples pinchazos que ha sufrido a bordo de su quad Yamaha Raptor. Aun así, nada ha podido impedir que en la quinta etapa del rally Dakar el de Navás se adjudicara su segundo triunfo consecutivo.
Ha sido una victoria de un gran valor no sólo moral sino también deportivo. En la especial, el piloto catalán amplió en 24 minutos la distancia con el checo Machacek, que es segundo a 42 minutos en la general, pero lo más importante es que al francés Declerck, hasta ahora líder del rally, le ha sacado una hora y media. De esta manera, González se sitúa en el liderato de la clasificación provisional de quads.
A la postre, la jornada le salió redonda al piloto de Navás, si bien los compases iniciales no fueron en absoluto fáciles. Al de Yamaha le tocó abrir pista en esta quinta etapa, lo que equivale no sólo a tener que buscar la ruta, sino también a limpiar de piedras y obstáculos el camino para los demás, con un añadido para la ocasión; los pinchos. “El terreno estaba plagado de pequeños arbustos con espinas y al ser una gran parte de la etapa campo a través era imposible evitarlos. Primero pinché en el kilómetro 55 una rueda delantera, después una trasera en el 115 y a partir de ahí se sucedieron varios pinchazos más en las ruedas ambos ejes. Procuré perder lo menos posible y calcular bien cuando detenerme para aplicar el kit reparapinchazos e hinchar neumáticos. Agoté todos los esprais de aire comprimido que llevaba conmigo y acabé tirando de una mancha manual del Decathlon”.
Con todas esas adversidades, ‘Pedregá’ llegó a rodar a 27 minutos de Declerck, que atacó muy fuerte desde el comienzo de la etapa. El español tenía claro que ese ritmo no podía durar: “intenté seguirle pero lo dejé porque al ritmo que iba y ante la dificultad del terreno sabía que su suerte no podía durar mucho. Más adelante me lo encontré intentando reparar un pinchazo pero debió tener alguna complicación porque al final del día había perdido mucho tiempo”.
El español, en cambio, empleó una táctica totalmente contraria a la de su oponente. González comenzó tranquilo y no atacó hasta los últimos 100 kilómetros de la especial. “El terreno era muy duro y todos habíamos quemado mucha energía en una etapa que resultó ser en mi opinión la más dura -y a la vez bonita- del rally. Esas son las condiciones que me van bien a mí. Cuanto más duro y difícil, mejor, así que ataqué. Sabía que había llegado el momento y no me equivoqué. Con la ventaja que he conseguido puedo controlar la carrera y administrar los ritmos según me convenga sin arriesgar”.
En cuanto al quad, Juan Manuel González y su mecánico David van ajustando cada día mejor el motor para las condiciones atmosféricas y de altura que se han encontrado en Argentina. “Mi Yamaha Raptor va de cine. Estoy encantado con el rendimiento y la solidez del quad ante la dureza de este rally. Los problemas que padecimos al comienzo de la carrera fueron únicamente atribuibles a que nos marchamos hacia Argentina sin haber hecho los deberes. No sabíamos muy bien las condiciones que nos encontraríamos y cómo afectarían al motor, pero ahora creo que hemos encontrado el mejor equilibrio”.