Josep Nicolás e Ignasi Bosch, más conocidos como “Niko” y “Ñaki”, afrontan su quinto Dakar juntos con las mismas cartas que hace un año; se mantiene el coche, el equipo e incluso los medios… Sólo cambia el destino; llegar a la meta de Buenos Aires.
Para “Niko” significaría completar el recorrido hasta el final por primera vez en su carrera deportiva, ya que en las otras cinco participaciones no pudo conseguirlo, cuatro fueron por abandono y en 2008 por anulación de la carrera. Para Nicolás, “acabar el Dakar es más difícil de lo que parece porque siempre puede suceder algo que dé al traste con tus previsiones. Un año, por ejemplo, tuvimos que retirarnos a falta de tres días para la conclusión de la carrera cuando ya casi acariciábamos la capital de Senegal”.
Claramente, el objetivo principal del equipo es alcanzar la meta, pero al piloto de Sabadell se le ha abierto el apetito de los resultados tras sus intentos fallidos del pasado: “Queremos ver la meta por encima de todo, cierto, pero creo que tenemos la experiencia, el potencial y el coche como para aspirar a una posición digna. Para nosotros eso se traduce en acabar entre el puesto 20 y 30 de la clasificación absoluta”.
Para ello, el Sportdrive Dakar Raid Team cuenta con el apoyo de un camión T4 de asistencia rápida en carrera y de otro camión T5 -ambos compartidos con otros cuatro participantes- destinado al transporte del material y los mecánicos que se encargarán de reparar el vehículo en los distintos campamentos. Para el manresano “Ñaki” Bosch, la preparación del vehículo y los medios de los que dispondrán en Argentina y Chile suponen un plus de confianza de cara a afrontar este desafío:
“Los imprevistos siempre pueden suceder, pero al menos tenemos la tranquilidad de que vamos al Dakar con los deberes bien hechos. El coche está listo desde hace un año, se ha trabajado bien, vamos con una gran estructura y contamos con una buena asistencia. Además, correremos todo el rally con nuestro compañero de equipo José Miguel De Fulgencio, con el fin de apoyarnos mutuamente y sacar provecho los unos de los otros. Para él, el Dakar es una novedad, así que nuestra veteranía le será de gran ayuda. Pero en cambio, si alguno de nosotros sufre una incidencia mecánica, jugaremos con la baza de su copiloto, uno de los mecánicos de 4WD Jatón Racing que se encargó de preparar los coches”.
La montura del equipo es un Toyota Hilux preparado bajo las especificaciones T1.2 (mejorados diesel), al que se le recortó la parte trasera del bastidor para unirle un subchasis tubular hecho ex profeso. El puente rígido trasero se rehizo por completo con refuerzos transversales y tirantes de guiado longitudinales. En cuanto al motor, se mantuvo el 3.0 D4-D de Toyota, pero se potenció mediante una gestión electrónica específica hasta los 210 CV.
Con la estructura tubular de la trasera, este Hilux resulta muy ligero y ágil, de manera que se mueve con total soltura. Nicolás lo describe como “una serpiente”. “Flota encima de la arena y empuja muy bien desde el eje trasero con mucho par a bajas vueltas, pero a la vez resulta muy agradable y dócil de pilotar. Es algo que ya pudimos constatar en unos test que realizamos en el Erg Chebbi (Marruecos) a finales de 2007”.
En competición, el Hilux de “Niko” y “Ñaki” debutó en la Baja Aragón de este año y les dejó muy sabor de boca. “Acabamos entre los 30 primeros de la general después de hacer una carrera muy conservadora y sin tomar riesgos. El resultado es lo de menos, lo significativo es que no se aflojó ni una tuerca y demostró ser fiable”, apostilla Ignasi Bosch.
En cuanto a los integrantes del equipo, la novedad más reseñable es la lesión que se produjo Josep Nicolàs el pasado 14 de noviembre mientras cargaba el vehículo para su traslado a las verificaciones de Le Havre (Francia). El piloto sabadellense apoyó mal el peso en la pierna izquierda y como consecuencia se rompió los ligamentos cruzados y anterior de la rodilla. A tan poco tiempo de la celebración del rally Dakar 2009, “Niko” vio temer su participación, pero gracias al tratamiento del Dr. Cugat (Clínica Quirón de Barcelona) y a las tres horas diarias que dedica a la rehabilitación finalmente podrá tomar parte en la carrera. Eso sí, las condiciones no serán las mismas; podrá pilotar sin problemas, pero tendrá que llevar en todo momento una prótesis envolvente.
Por otro lado, el trabajo físico fuera del vehículo, como cambiar una rueda o palear en la arena, tendrá que hacerlo sin ayuda su copiloto. Precisamente, para “Ñaki” Bosch esta edición del rally será una efeméride especial, ya que pocos días antes de partir hacia Argentina cumplirá 50 años, 13 de los cuales los ha vivido enrolado en el Dakar. Ésta será su 14ª participación, una cifra que está al alcance de muy pocos copilotos españoles.