Pep Cifre, redacción._ La familia De Rooy, vinculada desde siempre a la historia del Dakar, se ha visto en la encrucijada de decidir entre los dos grandes eventos de Enero de 2009.
Esta estirpe de transportistas holandeses ha escrito numerosas páginas del Dakar, siempre desde la cabina de grandes camiones. Todos recordamos la épica imagen de Jan de Rooy adelantando en medio del desierto, con el DAF de 1000 CV. al Peugeot 405 Turbo 16 de Ari Vatanen. Una secuencia que finalizaba de forma trágica al sufrir un accidente en el cual fallecía su copiloto.
Este año el cruce de caminos en el que ha desembocado esta disciplina ha puesto entre la espada y la pared a padre e hijo. Jan, íntimo amigo de Hubert Auriol no podía negarse a participar en la prueba y por otra parte no se puede dejar de lado la nueva aventura de A.S.O. Ante esta difícil decisión se ha optado por una solución salomónica, dividir el equipo en dos: Jan de Rooy participaré en el África RACE y su hijo Gerhard en el Dakar Argentina – Chile.